Primavera en Friuli

Nos encontramos con Massimiliano, brevemente Max, en el bar "Al Posto Giusto", el centro de todo lo que gira en torno al ciclismo de montaña en el pequeño pueblo de Nimis. El presidente del club local de bicicletas "Maglianera" es un hombre de constitución robusta, siempre sonriente, un verdadero todoterreno que ha planeado nuestra visita con meticulosidad.
Es mi tercera estancia aquí, después de que Max nos contactara y nos invitara por Instagram el pasado noviembre. Y como siempre, el día comienza con café y cruasanes.
Después de una breve ronda de presentaciones - esta vez tengo conmigo a algunos de nuestros guías y al fotógrafo Christoph - nos dirigimos inmediatamente a los senderos. La zona de senderos de Bernadia y el parque de bicicletas de Lugnesie están en el programa de hoy.

El Monte Bernadia se eleva como un gran bloque en el paisaje de las colinas friulanas, y sus flancos no parecen realmente acogedores a primera vista. En la cima se encuentra el Forte Bernadia, construido en 1910, un monumento conmemorativo de la Primera Guerra Mundial, que, estando en una segunda línea de defensa, sin embargo, nunca estuvo involucrado en una batalla.
Hoy en día, se celebran fiestas y el rave esporádico en sus bóvedas.

"Nuestros senderos son físicos", nos explica Max justo antes de sumergirse en el denso verde del primer camino. Y de hecho, descubriremos que no se trata de autopistas alisadas, construidas a máquina, que fluyen fácilmente, donde uno también puede dejarse llevar cuesta abajo.
La piedra caliza, después de las lluvias de la semana anterior, es una mezcla de resbaladiza y afilada, y siempre hay contracuestas que definitivamente son más divertidas si las sprintas hacia arriba en danza sobre los pedales. Estos senderos prefieren claramente a los ciclistas en forma - pero, ¿cuáles no lo hacen?

La característica de los senderos se debe a su origen: Con un arduo trabajo manual, el equipo de Maglianera ha despejado antiguos caminos, en parte en ruinas, entre los diferentes pueblos y los ha liberado de los mayores obstáculos. Y eso, a diferencia de en algunas regiones austriacas, por encargo y con el pleno apoyo del municipio.

Por supuesto, no todo es maravilloso aquí: Max me mostró en mi primera visita una señal arrancada - probablemente nunca se puede complacer a todos. Su declaración "Estamos fuera de la ley" subraya la situación en Friuli: simplemente no hay una ley que regule el ciclismo de montaña en senderos forestales. Pero Maglianera también está trabajando en esto y está en constante intercambio con el gobierno regional.
En general, hemos tenido la impresión desde hace tiempo de que la silvicultura industrial, como es común en Austria, a menudo está diametralmente opuesta al turismo en bicicleta. Las viejas hayas y pinos aquí en Friuli o en la cercana Eslovenia son, en el mejor de los casos, leña, y por eso uno puede moverse en MTB más libremente que a 40 km en línea recta al norte, más allá de la frontera con la república alpina. Y durante la temporada de caza, en las batidas, algunos senderos simplemente se cierran de mutuo acuerdo hasta el mediodía - así de simple puede ser.
Después del Brisicul, nuestro último sendero del área de Bernadia y el punto culminante del día hecho a mano, rodamos relajadamente valle abajo y volvemos a parar para cerveza y paninis en Al Posto Giusto.
El bar es al mismo tiempo un alojamiento, base de operaciones, taller de bicicletas y punto de partida de todas las excursiones en Nimis. El jefe Lorenzo, miembro del club Maglianera, ofrece gustosamente su casa para bebidas después de rodar, pero también para eventos. Y así nos encontramos en la afortunada posición de participar en la reunión anual de la IMBA (Asociación Internacional de Ciclismo de Montaña) Italia.
Max no sería Max si no tuviera también un papel aquí. De paso, también es el moderador de Trailforks para Friuli, y para nuestra sorpresa, nos explica que los senderos que aparecen nuevos en la plataforma son de hecho revisados y en parte también eliminados. Una refrescante diferencia con otras aplicaciones como Strava o Komoot.

Ya hemos dejado atrás ocho senderos, y los locales quieren mostrarnos otros tres más en el "Lugnesie Bikepark". Sin embargo, el nombre es algo engañoso; el pequeño monte del pueblo no tiene nada que ver con un teleférico y líneas de bikepark. Más bien, es un área de recreación cercana, atravesada por senderos para caminar. Pero aquí también, los ciclistas de Nimis han trabajado y creado tres líneas simples, un terreno perfecto para sesiones de entrenamiento.
Ante la pregunta de por qué no encontramos ni a un solo paseante en este bosque urbano un viernes por la tarde, Max tiene una respuesta pragmática: "Los italianos no son gente de exteriores. No salen a caminar, prefieren pasar el rato en centros comerciales...".

La lluvia constante de la última semana se nota también al día siguiente. Hemos decidido tomar un día de shuttle y para ello hemos escogido algunos senderos un poco más al sureste, cerca de San Leonardo.
Compartimos el shuttle con tres ciclistas italianos que van a toda velocidad. Así que nos cuesta trabajo seguirles el paso por los caminos desconocidos y resbaladizos. Antes de que nos sentemos a disfrutar de un Aperol obligatorio y helado en San Pietro, decidimos enfrentarnos a una de nuestras bajadas favoritas: el sendero Machete. Exhaustos, pero felices, emprendemos después el “viaje de regreso” a Nimis.

Y como, como se mencionó, el camino es el destino, mañana visitaremos a un viejo conocido en Tolmezzo. Hace años me quedé atascado en la nieve en esta montaña y tuve que abandonar, pero mañana las condiciones deberían ser las adecuadas.
Los centros de senderos y los shuttles son realmente geniales, pero ahora es momento de volver a algo alpino…