En la ruta de Bohemia a través de Chequia y la región de Mühlviertel

«Hola, ¿de vuelta? ¿Qué tal estuvo?» Con una sonrisa alegre, Hanna, que está junto al grifo de cerveza, me da la bienvenida tras nuestro regreso. Y, sin esperar realmente mi respuesta, añade: «¿Quieres una cerveza?»
«¡Realmente bien!», respondo con sinceridad, pero rechazo por ahora el Kozel ofrecido. «Gracias, más tarde.»

Hanna me mira, desconcertada, desde la espuma que acaba de formar. Sus cejas se levantan, sorprendidas.
Ups. «Cerveza» y «más tarde» probablemente no encajan en Chequia, el líder mundial en consumo anual de cerveza con 128 litros por persona.
«Primero queremos ducharnos», murmuro casi disculpándome.
«Está bien», me despide mi interlocutora hacia la habitación, aunque por su expresión parece no estar del todo convencida de la legitimidad de este orden.

„Mucha naturaleza“ y „mayormente calles asfaltadas“ nos había profetizado Hanna. Con la segunda parte de su pronóstico, la checa estaba completamente equivocada, pero no vamos a culparla por ello. Al fin y al cabo, la cosmopolita originaria de Praga y que trabajó recientemente en los Estados Unidos lleva trabajando aquí solo un mes – demasiado poco tiempo para explorar personalmente la oferta de rutas más allá de los excelentemente desarrollados carriles bici alrededor del embalse de Moldava.

De hecho, el circuito de Bohemia pertenece, por así decirlo, con total justicia a la red de caminos de mountain bike del Mühlviertler Granitland. Como el primer proyecto transfronterizo de esta región de MTB en el noroeste de Alta Austria, cumple especialmente con las exigencias de las cubiertas de tacos en el sur de Bohemia. Sin embargo, con bicicletas gravel, adelantándome a las preguntas que seguramente surgirán al respecto, también es, sin duda, muy divertido.
La más reciente ampliación de la oferta de rutas, que hasta ahora abarca 37 (!) municipios, 17 recorridos y más de 1010 kilómetros, se inaugurará oficialmente durante el fin de semana de Pentecostés en el marco del Granitmaratón. Para entonces, la señalización debería estar lista y la oferta, junto con la pista GPX, estará disponible en el sitio web de Granitland.

Lo mismo se aplica a Vítkův hrádek, el segundo punto culminante cultural del recorrido. Con un núcleo que probablemente tenga casi 1.000 años, en 2006 se inauguró una plataforma de observación en la torre de la antigua fortaleza de vigilancia, accesible a través de muchas escaleras de madera. Por una pequeña tarifa, se puede disfrutar desde allí de una fantástica vista panorámica sobre el embalse de Moldava, el bosque de Bohemia y los Alpes, hasta llegar al Gran Priel y Dachstein.
Con su prominente ubicación en la cima del Wittigsteingipfel, que mide 1.035 m, Vítkův hrádek no solo es visible repetidamente desde lejos. Este baluarte de piedra, que incluye un pequeño espacio de exposición y una zona de juegos, también ostenta el título de "la ruina de castillo a mayor altitud de la República Checa". Además, se encuentra sobre el único pueblo de los alrededores que no fue destruido durante las expulsiones de los sudetes: Svatý Tomáš.

Después de diez kilómetros de total soledad – y otros 40 por delante – esto no solo significaba: Personas (20). Casas (11). Una iglesia (recién renovada). Sí, incluso un hotel de lujo (4 estrellas). Sino sobre todo dos (!) opciones para hacer una parada.
En nuestra partida, habíamos asumido que los numerosos carteles de "Bistro", que en un radio realmente amplio anunciaban el restaurante de nuestra pensión, eran simplemente publicidad particularmente entusiasta. Ahora sabíamos: Se trataba más bien de un servicio, ya que quien se pierda la única opción de comida disponible, podría enfrentarse a un problema de abastecimiento.

En verano, además, hay una posada abierta en Přední Výtoň, justo al lado de la playa. En la pretemporada, unos metros más adelante, al menos hay delicioso café y pequeños snacks servidos desde un remolque. Sin embargo, nosotros teníamos ganas de auténticas especialidades checas, por lo que decidimos optar por el Forsthaus Hájovna Svatý Tomáš, muy popular entre los ciclistas.
La cocina bohemia ha influido profundamente en la austriaca, desde la sopa de patata hasta el asado de cerdo y los buñuelos rellenos. Pero disfrutados directamente en su lugar de origen, los knedlíky de pan, el gulash de jabalí, las salchichas en salsa de cerveza y los crepes rellenos de mermelada de ciruela saben aún mejor.

Sin embargo, los vegetarianos en los restaurantes rurales checos suelen quedar relegados a comer solo guarniciones, y los veganos deberían considerar alternativas.
Nosotros, que comemos de todo, quedamos bien fortalecidos después de la comida para el punto culminante técnico de la ruta: el divertido descenso por el sendero único desde St. Thomas hacia Lipno, donde tras más encantadores caminos de bosque y praderas, se desemboca directamente en la playa en Přední Výtoň, en la orilla sur.

Con lo cual llegamos a la característica más impresionante creada por el hombre en la ruta de Bohemia. Con 42 kilómetros de largo y hasta cinco kilómetros de ancho, el Lipno, que puede contener más de 300 millones de metros cúbicos de agua, es el lago más grande de la República Checa.
Como el nivel más alto de la cascada del Moldava, fue construido en 1959 después de siete años de construcción de la presa, principalmente como protección contra inundaciones para la región río abajo y para Praga. Aunque, por supuesto, también se pensó en una planta de energía.

Lo que este cuerpo de agua con apariencia de fiordo representa hoy en día para los checos está maravillosamente ilustrado por su apodo "Mar del Sur de Bohemia": la gente va al embalse del Moldava para nadar, pescar, navegar y practicar todo tipo de deportes acuáticos imaginables.
Especialmente la playa de Přední Výtoň, con su franja de arena y césped, la vista idílica de la pequeña iglesia y el suave oleaje que realmente recuerda al mar, te transporta inmediatamente a un estado de ánimo vacacional.

Por cierto, este lugar también constituyó la única excepción a la prohibición de acceso que regía durante el comunismo para toda la orilla derecha del lago, ya que aquí comenzaba ya la zona militar restringida. Lo que fue drástico para las personas, resulta, en retrospectiva, beneficioso para la naturaleza: El Telón de Acero se convirtió - no solo en Lipno - en una franja verde.
Y así nos movimos a través de este magnífico escenario natural, a veces por encantadores senderos de bosque y pradera, a veces por pistas de grava con suaves pendientes, y otras por asfalto perfectamente recto. Únicamente los "Gratscher", esas subidas cortas y empinadas conocidas y temidas en el Mühlviertel, están casi completamente ausentes al otro lado de la frontera.

De vuelta en el acogedor comedor de nuestra posada. Hanna, quien el día anterior nos había dado una introducción general a las rutas turísticas de los alrededores y nos había asignado como pequeña tarea visitar la capilla de Heiligwasser en Hörleinsödt, está detrás de la barra sirviendo cerveza tras cerveza. Su jefe lleva los vasos perfectamente servidos a las mesas.
"Somos un pequeño equipo, aquí todos hacemos de todo", sonríe la apasionada comunicadora mientras maneja el grifo de cerveza con una sorprendente destreza.

En realidad, la reconocida fotógrafa trabaja aquí en marketing para el propietario de la pensión y como apoyo a proyectos de MTB, Tomas Mandat. Pero la camarera está enferma y el lugar, que a menudo está lleno de grupos escolares, está a reventar.
En el interior, hay unos 30 hambrientos participantes de un campamento de running reunidos para la cena, mientras que afuera están sentados varios ciclistas de gravel, cuyas bicicletas cargadas descansan apoyadas en la cerca. Un grupo de ciclistas austríacos con bicicletas eléctricas acaba de salir hacia su hogar; además, hay varias familias en excursión de fin de semana, disfrutando de la naturaleza y haciendo senderismo.

Después del trabajo, Hanna se meterá en el jacuzzi al aire libre, disponible para todos los huéspedes, y, acostada en el agua caliente burbujeante, mirará el cielo estrellado. Donde no hay contaminación lumínica debido a la escasa presencia de personas, el firmamento nocturno es particularmente visible.
Como antiguo puesto militar, en cuyo extenso terreno, además de esculturas artísticas y auténtico "arte de castores", todavía se pueden ver reliquias del Telón de Acero, la Penzion Dobík Pasečná es más que un complemento adecuado para la ruta transfronteriza de Bohemia. Existen planes de expansión: ampliar aquí, añadir allá, y construir un estanque de baño en el fondo. Pero los castores en el pequeño arroyo justo al pie de la colina, detrás de la cual se encuentra Austria, se quedarán. Y los guardabosques del parque nacional seguirán sin ver motivos para medidas adicionales de renaturalización.

Al mucho verde aquí tuvo que acostumbrarse primero, nos contó la praguense recién regresada de los Estados Unidos a nuestra llegada; lo mismo a que, en las inmediaciones del antiguo "Oeste", todo transcurre un poco más lento, más relajado, más tranquilo.

Todo, excepto en lo que respecta al disfrute de la cerveza. Los lugareños se entregan a ello con la velocidad y meticulosidad de una aspiradora. Y nosotros, después del trabajo hecho, no podemos evitar atestiguar la sorprendente suavidad del Kozel. Pues bien: Por la vuelta bohemia – Na zdraví, ¡Salud!