Garmin Edge 820 en la prueba

Quien piense al primer vistazo del Edge 820 que es un lavado de cara del Edge 520, se dará cuenta a más tardar en el segundo vistazo que algo cambió. ¿Dónde están todos esos botones? Han sido reemplazados por una pantalla táctil. No todos, ya que las funciones de Encendido/Apagado, Inicio/Parada y Vuelta todavía se manejan con botones en los lugares habituales; por lo demás, se toca y se desliza lo que dan los dedos.
Pero también debajo del capó, Garmin ha trabajado diligentemente. Por ejemplo, la memoria interna se ha expandido a unos generosos 16 GB. El dispositivo ahora es capaz de realizar ruteo y también proporciona información confiable sobre los cambios de dirección inminentes en el trail para mantenerse en curso. La conexión en vivo introducida en el Edge 520 se ha ampliado con GroupTrack y las posibilidades de análisis de datos son aún más extensas.
Se ha convertido. Si el Edge 520 era "la navaja suiza entre los GPS para bicicletas", el Edge 820 es la navaja suiza 2.0.

Especificaciones Técnicas

La pantalla es buena; excelente, casi diría. La legibilidad del contenido mostrado es muy buena en cualquier clima. (El único punto de crítica en la pantalla es un píxel defectuoso, que ocurrió después de diez horas de funcionamiento y obligó a NoMan, debido a mi meticulosidad, a tener un ataque de risa moderado.)
Por otro lado, la función táctil da una impresión algo indecisa. No está muy segura si es sensible o si en el fondo de su corazón es terca como un burro. Con guantes puestos (perfectamente equipados para el manejo de pantallas táctiles capacitivas), el Edge solo reaccionaba al toque, pero no a los gestos de deslizar para cambiar las páginas de entrenamiento. Y el tocar era interpretado principalmente como un gesto de deslizar hacia arriba/abajo. (No quiero excluir una conexión con mi propia y obstinada motricidad fina.)
Al intentar dar más énfasis al deslizamiento con cierta persistencia en el tiempo, descubrí la posibilidad de cambiar los campos de datos individuales en las páginas de entrenamiento casi "al vuelo". Práctico, pero solo parcialmente satisfactorio, si uno quiere pasar a la siguiente página. (Al presionar más tiempo un campo de datos, aparece el menú de selección de los contenidos disponibles. Así se pueden editar las páginas de entrenamiento directamente, sin tener que recorrer el largo camino a través de Configuración > Perfiles de actividad > Páginas de entrenamiento.)

Si se dejan los guantes a un lado, a veces basta con una rápida aproximación o un breve vuelo por encima con el dedo para provocar una reacción en la pantalla. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el Garmin no adivina adónde se pretendía hacer clic. Por lo tanto, este "truco mágico" resulta molesto con el tiempo.
Con el tiempo, sin embargo, me he acostumbrado a estas peculiaridades y ya no quiero prescindir de la pantalla táctil. Una comparación directa con el Edge 520 durante una extensa sesión de test no solo reafirmó mi opinión, sino que también llevó a NoMan, como usuaria del Edge 520, a dar alguna que otra pulsación en la pantalla de su dispositivo. Parece que tocar en varias pantallas ya se nos ha metido en la sangre.
Cómo será la operación del Edge 820 en la próxima temporada fría con guantes gruesos, está por verse. Quizás entonces haya que recurrir de nuevo al probado truco del Würstl.

El enrutamiento en la ruta funcionó muy bien. Gracias al GPS y GLONASS, incluso zanjas profundas y pasajes densamente arbolados no representaron ningún problema. El control de las pistas grabadas en la herramienta de creación de rastreos de propiedad de Garmin, Basecamp, mostró que las desviaciones del mapa se mantienen dentro de límites muy estrechos. La diferencia entre los dos intervalos de grabación disponibles (1 segundo o "inteligente") tampoco es muy grande. La mayoría de las desviaciones se produjeron más bien porque no había dos Garmins montados en un manillar, sino que el acompañante de la tour llevaba su propio dispositivo.

Debido a la política de software propia de Garmin, este punto termina siendo más corto de lo que parecía en un momento. Durante el período de prueba, se proporcionaron y cargaron dos nuevas versiones de software, y con eso se resolvieron algunas inconsistencias iniciales (por ejemplo, en la primera configuración el idioma se estableció en alemán, pero no todos los elementos del menú habían llegado a la oficina de traducción - la traducción todavía no es completamente consistente; después de dos días en el armario (apagado, por supuesto) la batería mostraba "llena" al encenderse - para luego cambiar a "vacía" después de tres minutos de funcionamiento;)

Que no todos los errores habían sido corregidos se hizo evidente durante una larga caminata por la zona fronteriza entre Austria y Suiza. Con un perfil de actividad propio, comencé mi camino. El Garmin permaneció en un amplio bolsillo exterior de la mochila. En el primer chequeo del registro después de una buena hora de ascenso, me llevé la mala sorpresa: el Edge 820 parecía haber saltado por el acantilado - pantalla oscura.
Primer pensamiento: modo de ahorro de energía (sorprendente, después de una larga sesión de carga durante la noche, pero bueno). Sin embargo, un toque en la pantalla no le dio vida. (El despertar también funciona con el bloqueo de pantalla activado. La nota de que el bloqueo de pantalla está activo no se muestra en el modo de ahorro de energía.) Tampoco un presionar prolongado del botón de encendido/apagado para llegar a las opciones de energía tuvo efecto. Solo el reinicio del Edge 820 (mantener presionado el botón de encendido/apagado durante al menos 10 segundos) lo volvió a la vida.
Una mirada al registro mostró que había abandonado el tour después de unos cinco minutos por razones desconocidas.

Definitivamente interesante, pero no exento de problemas es la posibilidad de cambiar el perfil de actividad con el temporizador en marcha.
Durante la segunda caminata en la misma área, esto me sucedió sin darme cuenta y la selección desafortunadamente fue "Indoor". Esto resultó en la desactivación de las funciones del GPS y, por lo tanto, también en un registro incompleto del recorrido.
Por lo tanto, se debe tener cuidado al manipular el Edge con las manos libres - especialmente debido a la pantalla táctil sensible mencionada. En la bicicleta, la probabilidad de tales maniobras involuntarias es bastante baja. Principalmente porque raramente me encuentro en la condición física de quitar una mano del manillar.
Sin embargo, en mi caso, no he experimentado interacción alguna con el Edge 820 debido a gotas de sudor en la pantalla, como se ha leído en varios foros.

Con el Edge 820, Garmin ha conseguido un gran avance en la clase compacta de los computadores de bicicleta con GPS. Todo lo que el Edge 520 ya hacía bien (precisión del GPS, representación de mapas, tamaño, pantalla, opciones de evaluación, conexión en vivo), también lo hace el Edge 820, y se han hecho mejoras en los lugares correctos.
El notable aumento del tamaño de la memoria interna, la capacidad de enrutamiento y, no menos importante, la operación intuitiva a través de la pantalla táctil, hacen del 820 una opción muy completa.

Algunas de las nuevas funciones podrán demostrar ser muy útiles (GroupTrack), mientras que de otras estoy contento de que se puedan desactivar (detección automática de accidentes – los informes de experiencias compartidos en este foro han satisfecho mi curiosidad lo suficiente como para poder omitir la prueba personal.)

Quien no tema al contacto y esté buscando una maravilla compacta de GPS, encontrará una gran alegría con el Edge 820.